Pero antes de eso, vamos a conocer un poco más sobre este tema.
- Los goliardos
El término goliardo se usó durante la Edad Media para referirse a cierto tipo de clérigos vagabundos y a los estudiantes que proliferaron en Europa con el auge de la vida urbana y el surgimiento de las universidades en el siglo XIII. La mayor parte de ellos estudiaron en las universidades de Francia, Alemania, Italia e Inglaterra. Estos llevaban una vida disoluta y escribían sobre el vino, el amor, los placeres del mundo, pero con una maestría y oficio difíciles de igualar, cultivando una poesía culta, aunque profana.
- Carmina Burana.
Es el nombre dado a la colección de cantos goliardos de los siglos XII y XIII reunidos en el manuscrito encontrado en la abadía de Bura Sancti Benedicti (Benediktbeuern), en Baviera (Alemania). El códice recoge un total de 300 rimas, escritas en su mayoría en latín.En estos poemas se hace gala del gozo por vivir y del interés por los placeres terrenales, por el amor carnal y por el goce de la naturaleza, y con una crítica satírica a los estamentos sociales y eclesiásticos. La importancia de esta serie de textos medievales radica en que es la más grande y antigua colección de versos de carácter laico del medievo.
- O Fortuna.
Es un poema goliardo escrito en latín medieval a principios del siglo XIII, que forma parte de la colección conocida como Carmina Burana. Está dedicado a Fortuna, diosa romana de la suerte, cuyo nombre en itálico era Vortumna, que significa “la que rueda”.
- Carl Orff. Carmina Burana
Carl Orff (Munich, 1895 - 1982), es un compositor alemán que saltó a la fama como compositor en 1937, cuando dio a conocer su cantata Carmina Burana, que es una versión en clave moderna de unos poemas medievales.
La obra se compone principalmente de versos en latín aunque cuenta con fragmentos en alemán y provenzal antiguo. Su fragmento más conocido es el O Fortuna, que constituye la primera parte del preludio y que se repite al final de la obra.
En la cantata, además de la orquesta y coros, intervienen solistas (soprano, tenor, barítono), destacando su abundante y espléndida percusión. La obra de Orff consta de una introducción, tres partes y un final, con un total de veinticinco números.